Las pastorelas de Navidad

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Las pastorelas

Una de las manifestaciones más bellas de la natividad del Niño Jesús es la pastorela. De acuerdo con Hijar Ornelas (2008) la pastorela “es una de las reliquias más genuinas del teatro popular” (p. 23). La pastorela “pertenece al género del teatro popular y su estructura argumental se apoya en el pasaje del evangelio de San Lucas 2, 1-20” (p. 23). En este capítulo de la Biblia, un ángel se aparece ante un grupo de pastores y los insta a ir a Belén a adorar al Mesías. Las pastorelas, o “coloquios de pastores” como antes se les llamaba, fueron introducidas en México por los misioneros durante la conquista española y hoy en día se han convertido en una de las tradiciones navideñas más populares y arraigadas de México.
Las pastorelas surgieron de los primeros comienzos del teatro medieval en España llamados autos sacramentales. Según explica Hijar Ornelas (2008) “…los autos sacramentales eran dramatizaciones de pasajes de la historia sagrada presentados en formas de dialogo” (p. 25). Las dramatizaciones de carácter religioso se representaban para celebrar el Día de Corpus Christi. Hijar Ornelas escribe que “su formato fue el de un entremés corto, de carácter catequístico y edificante, compuesto para facilitar al pueblo la comprensión de los misterios de la fe, en especial de los sacramentos” (p. 34). Tiempo después, en Italia al finalizar la Edad Media y a principios del Renacimiento, el poeta Torcuato Tasso introdujo un nuevo género teatral con su obra “Aminta”. El género de Tasso nombrado “fabula pastoril” era una “pastorela o villancico escenificado” (Fernández Martin, 2009, p. 86), y de aquí surgieron muchas otras obras. Entre ellas “El sacrificio” de Agustín Beccari y “Pastor Fido” de Battista Guarini.

El teatro ...

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... el “Auto de la Adoración de los Reyes Magos”” (México Desconocido, n.d., para 4).

Las pastorelas en la actualidad

Hoy en día se acostumbra escenificar las pastorelas durante la época navideña. Las pastorelas mexicanas difieren de un lugar a otro, pero el tema central sigue siendo el mismo: la lucha entre el bien y el mal. Las pastorelas suelen presentarse en teatros, escuelas, iglesias y museos. Fernández Martin (2003) señala que “se han incorporado cantos y música tradicionales que dan tinte particular a las pastorelas de cada región estado, pueblo o ciudad donde se representan” (p. 93). Verti (1991) señala que las pastorelas son piezas jocosas y alegres, con sentido del humor inocente y campirano” (p. 177), pero en México, las pastorelas mexicanas tienen una fuerte dosis de doble sentido, conocido como albur mexicano, y están llenas de ironía y burla política.

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